
¡Un pedacito de historia! Eso tenemos en esta entrada de nuestro blog. Se trata ni más ni menos que del Renault Clio Williams, un coche que causó furor en la década de los noventa. La marca no pretendía hacer demasiadas unidades pero dado el éxito aumentó la producción, llegando unas 12.100 totales. Hace unos días nos visitó una de ellas con la configuración propia y un bloque recién hecho. Os contamos su historia…
Esta unidad monta un corazón que acaba de ser terminado. Nos visitaba para que comprobáramos que la mecánica estaba a pleno rendimiento y que no presentaba fallos. Y lo hacía, además de para estar seguro de que el trabajo estaba correcto, debido a que próximamente montará centralita programable y una electrónica a medida. Cuando llegue el momento podremos trabajar en profundidad con él, y lo cierto es que estamos deseando, como os podréis imaginar.




Si hablamos del trabajo realizado con él, podemos contaros que en las lanzadas completadas el ordenador nos reveló que este Clio Williams partía en una potencia de 154,6 CV y 181,72 Nm de par. Si bien, montaba algunos ajustes en su mecánica, un coche que según fabricante desarrollaba 150 CV con su motor de 2.0 litros y 16v. Con este motor anunciaba según fabricante unas prestaciones de menos de 8 segundos en la prueba del 0-100 km/h, 7,8 segundos para ser exactos, y una velocidad máxima de 215 km/h.
Tened en cuenta que estábamos en los años noventa. Su nacimiento data de 1993 y el fin de su producción lo encontramos en 1996. Entonces encontrar un coche con estas prestaciones no era sencillo, menos por su precio, el de un utilitario deportivo. Seguro que sabéis que este coche heredó el nombre del equipo de Fórmula 1 al que Renault suministraba las mecánicas y parte de la tecnología, y que tomó como punto de partida al Renault Clio 16 válvulas. Por supuesto, a pesar de llevar el apellido Williams la puesta a punto la completó el departamento de Renault Sport.